PROYECTO: ESCRITURA DE MICROCUENTO
Los
alumnos de 2°1° a cargo de la Profesor Valeria Ortiz leyeron en el primer trimestre
diferentes tipos de cuentos (realista, fantástico, de terror, de ciencia
ficción). Para realizar la escritura del microcuento debieron leer, en primer
lugar, y seleccionar algunos microcuentos de las páginas en instagram y en
páginas de internet:
@microcuentos.es
@joseangelsolo
@microcuentos_ www.microcuento.es www.megustaleer.com/libro/microcuentos-de-amor
En segunda instancia, observaron una imagen de un
ilustrador español que también colabora en una de las páginas citadas como
punto de partida para escribir en estos sitios. Con su autorización y el
archivo de la ilustración que facilitó el autor, los alumnos anotaban ideas que
les surgían para luego proceder a la escritura del borrador.
Por último, se realizó la corrección y la reescritura
en forma correcta y prolija.
Estos son los microcuentos de los alumnos:
Mirando a la nada, sin pensar en nada,
había perdido mis zapatos; anduve todo ese día descalzo. Al llegar a mi casa
entré a la habitación y miré debajo de la cama y ahí estaba el par,
esperándome.
Ezequiel
Toro
EL ZAPATO
Hace años vivía el hombre. Un día quiso ir
al campo y no pudo porque se le perdió el zapato. De tanto buscar se le pasó la
hora y se dijo:
-¿Qué hago ahora?
Y al final del día lo encontró en una
cochera.
Jonatan
Nina
Hace muchos años, un niño llamado
Efraín deseaba tener una biblia porque iba a la iglesia. Allí había una biblia
que solamente podía leerla el que predicaba. Efraín a veces estaba solo en la
casa porque su padre se iba a cazar muy lejos para poder traer alimento.
Una tarde a Efraín se le ocurrió
empezar a trabajar para poder ahorrar y finalmente comprarse la biblia que
tanto quería. Entonces empezó a trabajar y ahorraba cada vez más. Así estuvo
trabajando diez años y con mucho esfuerzo porque la biblia en esos tiempos
costaba mucho, era muy cara.
Pero una mañana salió de su casa
para ir a la ciudad. Caminó catorce kilómetros, el pobre tuvo que sacarse su
calzado porque era el único que tenía y no le alcanzaba la plata para comprarse
otros, lo cual le llevó siete días y esas noches durmió en la calle. Cuando
llegó a la ciudad encontró una tienda y entró. Lo atendió un hombre, Efraín le
preguntó si vendía biblias y el hombre le dijo que se habían terminado.
Entonces Efraín desconsolado comenzó a llorar porque su esfuerzo y tanto
sacrificio resultaba ser en vano. Pero el hombre al verlo se conmovió y le dijo
que él tenía una que se la habían regalado hace mucho pero él no la usaba. El
hombre le vendió la biblia y finalmente Efraín se retiró y volvió a su casa; pudo
tener su biblia que con mucho esfuerzo y sacrificio había soñado.
Paula
Barroso.
UNA NIÑA LLAMADA AILÉN
Hace mucho tiempo una niña llamada Ailén deseaba encontrar el anillo
de su madre, el que había perdido en un cumpleaños. Salió un día de mucho frío,
la madre le preguntó:
-¿A dónde vas con tanto frío?
Ella contestó:-A la casa de una amiga. Y
salió rápidamente a buscar el anillo. Lo buscaba desesperadamente y como no lo
encontraba se puso a llorar desconsolada. De repente, aparece un duende quien
le preguntó:
-¿Qué te sucede, niña?
La niña le dice: -Es que he perdido el
anillo de mi madre y no logro encontrarlo, ¿me puedes ayudar?
-¡Sí, cómo no! Contestó el duende.
El
duende desapareció y apareció rápidamente con el anillo. La niña sorprendida le
agradeció y salió corriendo hacia su casa. Entró corriendo y dejó el anillo sin
que su madre se diera cuenta y todo continuó igual como si nada hubiera pasado.
Melisa
Chavez
EL DUENDE DEL BOSQUE
Hace mucho tiempo en un bosque vivía un
duende muy extraordinario porque todo lo que él quería lo tenía y ayudaba a la
gente que era pobre. Pero, un día cuando llegaba al bosque vio a unas personas
uniformadas con unas jaulas sin saber que eran dos lobos en cautiverio que los
sostenían con unas sogas grandes y largas. Él, asustado, corrió a su casa y
luego se escondió. Cuando soltaron a los lobos, ellos habían visto correr al
duende y lo persiguieron hasta llegar a su casa. Eran cachorros y solo querían
jugar. Esperaron tres días y el duende salió y los lobos lo abrazaron con sus
enormes patas y lo lamieron. El duende, asustado, gritó y los lobos empezaron a
aullar y se dio cuenta que ellos no eran malos, solo querían jugar. Él sonrió y
se dijo “ya no seré un duende
solitario”. Así fueron amigos por siempre.
Matías
Moreno
LA DESAPARICIÓN
Hace dos meses me invitaron a un cumpleaños que se festejaba en un
parque. De repente, vi un pelotero y como yo era muy juguetón se me ocurrió
subirme.
En ese momento, llegaron unos
niños malos y me sacaron mis zapatillas que estaban junto al pelotero, yo me
puse mal y los niños al verme así volvieron arrepentidos y me devolvieron las
zapatillas y pidieron disculpas.
Luciana
Mansilla
LOS VECINOS Y SUS REBAÑOS
En el campo, hace 40 años, en un
rancho vivía un puestero. Un día salió al campo y el vecino le secuestró el
rebaño porque los animales tenían la misma marca. Cuando volvió el puestero se
fue al corral y se dio cuenta que le habían robado el rebaño. Se sacó sus
pilchas gauchas y se fue para lo del vecino donde se dio cuenta que le habían
secuestrado el rebaño. Él discutió hasta el final pero el vecino no se lo
quería dar, entonces acudió a la policía quienes dijeron que le diera el rebaño
porque si no lo iban a encerrar en la prisión; entonces el vecino acudió a
devolverle el rebaño.
Rodrigo Ferreyra- Yoel
Peletay
EL CINTURÓN DE LARRY
Larry era un gnomo muy coqueto y
juguetón que vivía en un bosque. Larry tenía un cinturón que había recibido por
herencia y según sus creencias era de suerte y protección. Mientras jugaba por
arriba de los árboles se enganchó su cinturón y sin darse cuenta siguió
jugando. Cuando llegó a su casa se dio cuenta. Reaccionó muy rápido y volvió
hacia los lugares que había recorrido. Y allí estaba, enganchado en una rama.
Melanie Riveros
Hace pocos días me sucedió algo
que no me lo esperaba, me robaron los zapatos. Me estaba probando unas
zapatillas y me distraje y me los robaron. Pero, gracias a la ayuda de la gente
pude encontrar mis zapatos y ahora tengo dos pares de calzado.
Guadalupe Salafia
EL PUESTERO Y EL CABALLO BLANCO
Un día, un gran caballo blanco
estaba en la cima de un cerro cerca de donde vivía un puestero, con su esposa,
sus dos hijos y la madre. El hombre vio el caballo y se fue a buscarlo. Lo
buscó tanto por los campos y se perdió. Pasaron meses sin volver a su casa y la
familia estaba triste y lloraba. Tres meses después el puestero vio el caballo
y logró atraparlo; se subió y el caballo galopó muy fuerte durante toda la
noche y llegaron al puesto. La familia los recibió muy contenta porque habían
vuelto sanos y salvos.
Agustín Guajardo
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